Iba yo filosofando, ensimismado en el tamaño de los huevos del avestruz, cuando se me acercó una niña de primaria y me dice:
-Tienes cara de sabelotodo.
-¿Yo?- contesté sonrojado.
-Sí, tú – respondió ella con una sonrisa de pillina.
-A ver si eres capaz de resolver una resta imposible de solucionar que me han enseñado en el “cole”- prosiguió.
-¿Cuál?- repliqué con un interés propio de la lactancia.
-¿Sabes tú cuál es la palabra cuyo número de letras es seis y quitándole dos se obtiene 12?-
Definitivamente: No sé más que un@ niñ@ de primaria