Reflexiones sobre Matrix I

   Esta película me fascinó la primera vez y me sigue fascinando. Tiene una mezcla de estilos y una serie de guiños que se amalgaman en maravillosa heterogeneidad: del western, el duelo entre Smith y Neo en la estación del metro; de los cuentos para niños, el beso resurrector de Trinity a Neo; de las películas de chinos y de maestro-discípulo, el entrenamiento y la enseñanza a la que es sometido el protagonista por Morfeo, que le suelta frases tan gloriosas como esa de “No es lo mismo conocer el camino, que andar el camino” (a mis alumnos les suelto de vez en cuando, que el que quiere aprobar y no se pone a estudiar conoce cómo llegar pero no mueve sus pies). Todo esta mescolanza viene perfectamente aderezada por una fabulosa banda sonora, por unos efectos especiales que quitaban el hipo y de una estética de negro y brillante cuero que ha sido muy imitada.

   Pero quizá lo que más me cautivó fue lo intrigante de su argumento: la vida que vivimos es falsa, nuestros cerebros están siendo engañados.

   La idea no es del todo original. Ya en la película Desafío total vemos a un Shwartzenager (o como se escriba) guiado por un amigo por teléfono para poder huir de sus enemigos, que además porta en su cabeza un transmisor con el que pueden rastrearlo y que tiene que extraer de una manera un tanto desagradable. Por si fuera poco, en un momento de la película, aparece un señor que le ofrece al protagonista una pastilla roja para que salga de un sueño inducido por una máquina y vuelva a la realidad. Pero Matrix va más lejos.

   Fue Platón el primero que nos advirtió de que el mundo en el que vivimos es un burdo remedo, una pobre copia del mundo perfecto de las ideas, de las que sólo vemos sombras proyectadas en la pared de la caverna.

   Calderón de la Barca fue un poco más lejos con su La vida es sueño, y preludia bastante la idea fundamental de la película: el mundo que vivimos es una ensoñación. Aparte le añade uno de los problemas que trajo de cabeza a teólogos de todos los tiempos: si Dios todo lo sabe, ¿cómo es posible que tengamos libertad si todo está ya escrito? ¿Es compatible la libertad con el destino? Aun conociendo el futuro, ¿podremos escapar de él?

   Neo se irá preguntando todas estas cuestiones, pues en su vida había algo que no funcionaba, sentía que estaba llamado a cosas mayores y, finalmente, la fe lo conduce. La fe.

   Para mañana, Dios mediante, las referencias religiosas.

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