Hoy me propongo sacar a colación al protagonista de unos hechos que, aunque casi totalmente desconocidos en esta España de nuestros pecados en la que sólo puede triunfar gente del jaez de un Chikilikuatre, no dejan de ser dignos de admiración, si bien tengo que reconocer que lo que hizo este hombre no dejaba de ser una majadería, pero bien valgan las majaderías en unos tiempos tan terriblemente mediocres como los que nos han tocado en suerte contemplar. Como por una vez, y sin que sirva de precedente, la información en la Wikipedia española es correcta, me voy a limitar a remitiros a ella en busca de información e imágenes: teclead en dicha dirección “Suero de Quiñones” y, una vez que hayáis leído la información que allí se encuentra, pinchad sobre “Paso honroso” (o quizás ponga “Passo”, que es como se escribía en la fecha de los acontecimientos). Después de leer todo, ya me diréis si no serían unos hechos dignos de aparecer en una película norteamericana, que de mucho menos ha hecho sus rodajes. Por supuesto, lo suyo es que la película fuera española, pero eso sería pedir peras al olmo, aquí si la trama tiene algo que ver con la heroicidad, lo llevamos claro, los únicos temas interesantes para el cine patrio son aquellos en los que se puedan mostrar muchos desnudos (preferiblemente que no vengan a cuento), un montón de palabrotas por minuto, homosexuales y/o lesbianas, lo terrible que fue el franquismo, lo deleznable de la Iglesia católica (pero ojito con criticar, siquiera mínimamente, al Islam, que entonces se corre peligro físico) y, últimamente, cintas de terror o algo que se le parezca. Encantador.