Por fin, después de mucho preparar, llega el momento de irnos a Dublín. No hay que madrugar mucho, cosa que está bien. A las 9:30 nos vemos en el aeropuerto; a las 11:30 ya estamos entrando en el avión. Emoción, nervios… ¡Qué ganas de irnos!
El avión está bastante bien. Mejor que Ryanair, sin duda. El vuelo, tranquilo: algunas turbulencias, películas, música, conversación.., lo normal.
Llegamos a Dublín a las 14:25. Todo en orden, las maletas, bien. Nos recoge un señor en un autobús para llevarnos al meeting point en Saint Anne Park. Allí nos esperan las familias y nos llevan a casa.
Nos instalamos, cenamos y, in the evening, quedamos para ver dónde vive cada uno. Algunos prueban por primera vez el DART, que es el principal medio de transporte por el que nos vamos a mover. La verdad es que podemos andar de una casa a otra en un tiempo máximo de 25 minutos, no está mal.
Al día siguiente tenemos excursión al parque acuático. Estamos cansados, así que a dormir.